Uno de los recursos más importante que un líder tiene en estos momentos es su presencia.

Los individuos en posición de autoridad en este momento, no se deben solo a lo que hacen o dicen, sino como se muestran al mundo.

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Invierta dos minutos en observar este ejemplo concreto de PM Lee de Singapur de la semana pasada. ¿Qué nota? ¿Qué aprende para usted como líder?

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La verdad es que muchos estamos asumiendo hoy posiciones de liderazgo, no solo los jefes de estado, los padres y madres de familia, lideran a sus grupos familiares.

Todos debemos estar listos para asumir liderazgo, es lo que se requiere de nosotros en este momento.

Los líderes en tiempos de turbulencia deben ser ágiles para aprender de los errores, ajustar comportamientos y buscar fuentes de información confiables.

Emociones negativas

Los líderes en tiempos de crisis, deben ser mucho más conscientes de sus emociones negativas (todos las tenemos). No es bueno negarlas, o inconscientemente suprimirlas o nada más dejarnos llevar.

Es más sano aceptarlas, ponerles nombre para poder gestionarlas mejor. Si evadimos esta tarea, no vamos a estar a la altura de las circunstancias. No debemos perder la cordura, aunque parezca contra-intuitivo, es eso lo que tenemos que hacer: no perder la calma y para lograrlo debemos aceptar lo que sentimos.

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Algunos lideres tienen problemas de salud mental; deben ser conscientes de la responsabilidad que esto implica, estarse monitoreando.

Por lo anterior, el autocuido en este momento es importante, usted debe saber que va a consumir más energía que la usual porque está pasando algo inusual, usted es un ser humano. Debe, por tanto, cuidar sus recursos físicos, personales y espirituales, las reservas de la cuales echar mano en este momento.

Momentos de soledad son importantes, no pueden ni deben ser evadidos. Se requiere reflexión, auto gestión, tomar un paso atrás, ver situación con distancia, observar las emociones y tomar decisiones con cabeza fría.

Lo mejor que podemos hacer es no perder el control de nosotros mismos. Analizar qué podemos hacer, qué está en nuestro control que puede ser efectivo y tener un gran impacto.

Cuando usted no puede controlar lo que está pasando, rétese a controlar cómo responde a lo que está pasando. Responda de la mejor forma posible para usted, su familia, la sociedad y la humanidad.