Reino Unido trataba de acelerar el miércoles las negociaciones para alcanzar un acuerdo comercial crucial con Estados Unidos para cuando se consuma el Brexit.

Para esta tarea, el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, envió a Washington a su principal diplomático y a la ministra de Comercio Exterior.

Con Johnson decidido a garantizar que Reino Unido abandone la Unión Europea el 31 de octubre, ya sea con o sin un acuerdo, alcanzar un trato comercial con la administración Trump ha adquirido más importancia para Londres.

El presidente estadounidense, que ve en Johnson un líder con ideas afines, dijo que el comercio entre los dos países podría multiplicarse una vez que Reino Unido abandone la UE y habló con el primer ministro británico sobre un acuerdo pocos días después de su toma de posesión el mes pasado.

El ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, dijo que estaba "encantado" de reunirse con Trump y el vicepresidente, Mike Pence.

“Apreciamos la calidez y el entusiasmo del presidente por la relación RU-EE. UU. Reino Unido espera trabajar con nuestros amigos estadounidenses para alcanzar un acuerdo de libre comercio que sea bueno para ambos países y cooperar en los desafíos de seguridad comunes que enfrentamos”, dijo Raab en un comunicado.

Raab tiene previsto mantener conversaciones con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y con el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton.

Mientras tanto, la ministra de Comercio Internacional de Reino Unido, Liz Truss, ha organizado reuniones con altos funcionarios de comercio estadounidenses.

"Negociar y firmar un nuevo y emocionante acuerdo de libre comercio con Estados Unidos es una de mis principales prioridades", dijo Truss.

"Después de haber sentado las bases, estamos acelerando este acuerdo para que las empresas puedan aprovechar la oportunidad de oro de aumentar el comercio con Estados Unidos lo antes posible", agregó.

"Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial y tenemos más de un billón de dólares invertidos entre nuestras economías. Queremos que las conversaciones formales avancen rápidamente".

Truss tenía previsto reunirse el martes con el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y posteriormente con el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijeron funcionarios estadounidenses.

Después de su primera llamada telefónica con Johnson, Trump dijo a los periodistas que un acuerdo bilateral con Gran Bretaña después del Brexit podría significar un comercio de "tres a cuatro o cinco veces" más grande que el actual.

"Ya estamos trabajando en un acuerdo comercial", dijo Trump. "Creo que será un acuerdo comercial muy sustancial".

‘Desesperado’ por un acuerdo

Johnson, más propenso a estrechar las relaciones con Trump que su predecesora, Theresa May, espera poder cerrar un acuerdo rápido que envíe un mensaje de la capacidad de Gran Bretaña para ir por su cuenta.

El entusiasmo mostrado por Trump por un acuerdo contrasta con la actitud de su predecesor, Barack Obama, quien dijo que Gran Bretaña estaría "al final de la fila" para cualquier tipo de acuerdo comercial si salía de la UE.

Pero hay advertencias de que Trump, que se enorgullece de ser un maestro de la negociación, jugará la carta de la voluntad de Johnson de abandonar la UE sin un acuerdo negociado con los socios de toda la vida de Reino Unido.

Los buenos lazos de Trump con líderes nacionales, como el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, no le han impedido apretarles en sus negociaciones.

Larry Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos durante la presidencia de Bill Clinton, dijo que Reino Unido no podía ocultar la debilidad de su posición.

"Mira desde el punto de vista de Estados Unidos: Reino Unido tiene mucho menos que dar que Europa en su conjunto, por lo tanto, menos razones para que Estados Unidos haga concesiones", dijo Summers a la BBC Radio 4 a principios de esta semana.

"Haces más concesiones cuando tratas con un hombre rico que cuando lo haces con uno pobre".

"Reino Unido no tiene influencia. Gran Bretaña está desesperada. Gran Bretaña no tiene nada más. Necesita un acuerdo muy pronto".

El año pasado, Estados Unidos tuvo un superávit comercial de $20.000 millones con Reino Unido.

Ambos países intercambiaron $262.000 millones en bienes y servicios, según la oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, lo que significa que Reino Unido fue el quinto mercado de exportación más grande de Estados Unidos.