El déficit fiscal de julio pasado alcanzó la cifra más alta de los últimos seis años, según datos remitidos por el Ministerio de Hacienda.
Al cierre del mes, el déficit fiscal del Gobierno Central fue de 3,3% del Producto Interno Bruto (PIB).
El dato del mismo período del año pasado fue de 2,9%.
Aunque las cifras de gasto muestran una desaceleración no se refleja en el déficit financiero, ya que los ingresos tributarios tienen un crecimiento más lento de lo observado durante el año pasado.
Mientras que a julio del 2017 los ingresos tributarios crecieron 5,6%, a julio del 2018 lo hicieron a 2,4%.
En materia de ingresos, el comportamiento es explicado por el menor crecimiento en las retenciones de tarjetas de crédito y débito, la disminución de las utilidades del sector financiero, la menor importación de vehículos y el aumento en el uso de créditos fiscales, entre otros.
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En el gasto, el mayor incremento se da en el paso de intereses de deuda, que pasó de 1,7% a 1,9%.
Otros de los gastos que pesan sobre el déficit es el gasto por transferencias y el pago de remuneraciones.
El Ministerio de Hacienda afirmó en el comunicado que los resultados nos enfrentan a un alto déficit fiscal como resultado del alto nivel de financiamiento y la ralentización de la economía.
“El repunte de la actividad económica no se está traduciendo en más ingresos, porque los sectores que impulsan el crecimiento tienen poca incidencia en la recaudación” indicó Rocío Aguilar, ministra de Hacienda.