Opinión

Construir, juntos, un sistema financiero internacional con mayor capacidad de reacción, más justo y más solidario

El sistema financiero internacional, diseñado en el marco de los acuerdos de Bretton Woods, está llegando a su límite en un momento crucial.

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La arquitectura financiera internacional heredada de la posguerra ya no está lo suficientemente adaptada al aumento de las desigualdades, los desafíos climáticos, la pérdida de biodiversidad y los desafíos de la salud pública característicos del siglo XXI. Las respuestas de la comunidad internacional son, en la actualidad, fragmentadas, parciales e insuficientes. Por una parte, los recursos desplegados en condiciones favorables por parte de las instituciones de desarrollo no producen todo su potencial, en particular en términos de impacto, de cofinanciación y de adecuación a las necesidades de los países. Por otra parte, el encarecimiento de las condiciones de financiamiento y el incremento del endeudamiento frenan las inversiones en los países en desarrollo, dejándolos sin los recursos necesarios para hacer frente a sus desafíos.








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